Entre 2019 y mayo de 2023, los bancos privados del Ecuador emitieron siete bonos temáticos por 509 millones de dólares, recursos que son destinados al financiamiento verde y social.

La emisión de bonos temáticos por parte de los bancos privados de Ecuador ha sido una estrategia financiera innovadora que ha ganado importancia, cuyo fin es incidir en las diferentes industrias del país. Estos bonos están diseñados, específicamente, para financiar estrategias de negocios de empresas y personas que cumplen con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en sus proyectos, con el objetivo de fomentar el desarrollo sostenible en el país.

Este financiamiento —por medio de bonos temáticos— es uno de los caminos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París.

Pero ¿qué son los bonos temáticos? De acuerdo con BID Invest, son instrumentos de deuda regulados y sujetos al mismo mercado de capitales relacionados con el cumplimiento de los ODS. Los bancos obtienen recursos de los inversionistas interesados en apoyar iniciativas que promuevan un desarrollo más sostenible y responsable, y que son quienes compran dichos bonos. Estos recursos se destinan, exclusivamente, a proyectos verdes o sociales.

Por otro lado, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) recuerda que los bonos temáticos son instrumentos de bajo riesgo.

¿Qué está pasando en Ecuador? La historia es muy interesante. Entre 2019 y mayo de 2023, los bancos privados emitieron siete bonos temáticos por 509 millones de dólares, recursos que son destinados al financiamiento verde y social:

En 2019, Banco Pichincha realizó la primera emisión de un bono temático en el país.  Se trató de una emisión de un bono verde por 150 millones de dólares, recursos que son destinados a las organizaciones, desde el más pequeño de los emprendimientos hasta las corporaciones multinacionales, que desarrollen proyectos para la preservación del medioambiente.

Tras el impacto de la pandemia del coronavirus, Banco Guayaquil emitió un bono social por 20 millones de dólares en 2020, el cual tiene un plazo de cinco años (2025). Los recursos provenientes de la colocación del bono se destinaron para apoyar la sostenibilidad de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME). El bono beneficiará aproximadamente a 26.000 microempresas en todo el país.

En 2022, Produbanco emitió el primer bono sostenible en el país por 50 millones de dólares, cuyos fondos se destinaron al financiamiento de proyectos para apoyar la reactivación y sostenibilidad de las pequeñas y medianas empresas (PYME) y a la cartera verde de la entidad financiera, con enfoque en tecnologías agropecuarias eficientes, energías renovables, eficiencia energética y eficiencia de recursos, entre otros.

Asimismo, Banco Pichincha realizó la primera emisión de un bono social de género 100 millones de dólares en 2022. Los recursos son destinados a seguir apoyando al crecimiento de más de 10.000 negocios liderados por mujeres de los segmentos micro, pequeñas y medianas empresas.

Dentro de estas emisiones también sobresale la primera emisión privada de un bono azul en la región por parte de Banco Internacional. La emisión total de estos papeles ascendió a 79 millones de dólares en 2022, lo que permite financiar la preservación de los recursos hídricos, la gestión sostenible de la cadena de valor de la acuicultura, la pesca y los productos del mar.

A finales de 2022, Banco Solidario emitió un bono social de género e inclusión por 30 millones de dólares. Los recursos se utilizan para incrementar el crédito a microempresas propiedad de mujeres y a adultos mayores, así como migrantes sin acceso al sistema financiero.

Y la más reciente emisión de un bono temático por parte de un banco ecuatoriano ocurrió en enero de 2023. Banco Guayaquil realizó su primera emisión de bonos verdes por 80 millones de dólares para financiar o refinanciar proyectos de eficiencia energética, energías renovables, construcción sostenible, y administración sostenible de recursos naturales.

En definitiva, estos bonos temáticos emitidos en Ecuador desde 2019 han sido destinados para financiar proyectos de construcción sostenible; a los emprendimientos de las mujeres; al reciclaje y gestión de residuos; a impulsar la producción más limpia; al desarrollo de proyectos de agricultura, acuacultura y manufactura sostenible; a la adquisición de vehículos híbridos y eléctricos, compra de equipos de alta eficiencia energética y de generación alternativa de electricidad, entre otros.

Transformación de un bono temático

La transformación de un bono temático hacia un crédito para un cliente generalmente implica un proceso de financiamiento y asignación de los fondos recaudados a proyectos específicos, relacionados con el objetivo del bono. Esa transformación tiene los siguientes pasos:

Emisión del bono temático: La entidad financiera emite un bono temático en el mercado de valores, donde los inversionistas compran los bonos, proporcionando recursos al banco. Este bono temático está estructurado de tal manera que los recursos captados son destinados específicamente a proyectos relacionados con la temática elegida como energías renovables, eficiencia energética, inclusión financiera, género, entre otros.

Evaluación de los proyectos: Una vez que los fondos del bono temático han sido captados, la entidad financiera procede a evaluar los proyectos que cumplan con los criterios de elegibilidad establecidos en la emisión del bono. Estos proyectos pueden ser presentados por los clientes del banco, desarrolladores de proyectos o por el mismo banco.

Análisis de riesgo: El banco ecuatoriano realiza un análisis de los riesgos de los proyectos propuestos para determinar su viabilidad financiera y su alineación con los criterios establecidos en el bono temático. Por ejemplo, se evalúa la capacidad de pago y los aspectos técnicos y ambientales de los proyectos.

Asignación de fondos: Los fondos captados a través de un bono temático se asignan al proyecto o proyectos seleccionados. Esto puede efectuarse a través de un proceso de desembolso en etapas, en función del avance y el cumplimiento de los hitos acordados en cada uno de los proyectos.

Monitoreo y seguimiento: Luego que los proyectos —financiados por los bancos— estén en marcha, la entidad financiera efectúa un monitoreo continuo para asegurarse de que los recursos se utilicen para los fines previstos y de acuerdo con lo planificado. Esto incluye el monitoreo del desempeño financiero, ambiental y social de los proyectos.

Conversión del crédito: Si el cliente del banco cumple con los requisitos y criterios establecidos, la entidad financiera puede ofrecerle un crédito específico vinculado a ese proyecto. El crédito se otorga con condiciones y términos acordados, y los recursos se emplean para apoyar la ejecución del proyecto.

Los detalles específicos de cómo se transforma un bono temático en un crédito pueden variar según las políticas y los procesos de cada banco. Cada institución financiera tiene su propio enfoque y criterios para asignar los fondos recaudados a proyectos y para otorgar créditos a sus clientes.

 Un mercado que no deja de crecer

El informe “Nuevas alternativas de financiación para el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe” (CAF, 2022), señala que en los próximos años el mercado de bonos temáticos, en especial el de bonos verdes, tendrá un fuerte crecimiento.

De acuerdo con datos de Climate Bonds Initiative (CBI) —organización sin fines de lucro que promueve el financiamiento verde—, en el mundo se canalizaron 204.800 millones de dólares en financiamiento a través de bonos temáticos entre enero y marzo de 2023, un 17 % más en comparación con el trimestre anterior. Este incremento es relevante, ya que en el primer trimestre de 2022 hubo una caída anual de 21 %.

Por eso, la calificadora S&P Global Ratings señala que los bonos sostenibles “seguirán contribuyendo a una parte estable de la emisión de deuda global”.

En tanto, la agencia de calificación Moody's pronostica que la emisión de bonos sociales, verdes, sustentables, de transición y de sostenibilidad alcanzará los 950.000 millones de dólares en 2023. De ese total, 550.000 millones serán bonos verdes, otros 150.000 millones serán bonos sociales, 175.000 millones en bonos sostenibles y 75.000 millones en bonos vinculados a la sostenibilidad.

Según Moody’s, este crecimiento está atado al aumento de los emisores corporativos que buscan financiar sus metas para alcanzar emisiones netas cero, así como un entorno internacional más favorable, por ejemplo, de una menor inflación, especialmente en Estados Unidos.

EL AUTOR

Wilmer Torres Peña es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Politécnica Salesiana. Tiene una maestría en Comunicación y Marketing Político por la UNIR. Tiene más de 10 años de experiencia en periodismo y relaciones públicas. Ha trabajado en medios como Hoy, El Telégrafo y Primicias. Actualmente es especialista en gestión de contenido en la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca).