Londres vuelve a encabezar el ranking de las urbes más inteligentes del mundo. De todas formas, la COVID-19 obliga a repensar las estrategias de las ciudades, que se han visto muy afectadas por la pandemia. La resiliencia emerge como un concepto urbano a gestionar en el futuro próximo.
La pandemia de COVID-19 se ha sufrido con especial intensidad en las ciudades y muchos mantras de los gestores urbanos se han visto en entredicho. Por ejemplo, la búsqueda de mejores tasas de densidad poblacional se ha reemplazado por el distanciamiento social, el transporte público ha cedido protagonismo al vehículo particular y el confinamiento en nuestros hogares ha dejado bajo mínimos la interacción social en los espacios comunes.
Sin embargo, esta crisis también supone una oportunidad para repensar la estrategia de muchas urbes y aumentar su resiliencia, en parte gracias a una mayor colaboración público-privada, como indica la séptima edición del Índice IESE Cities in Motion, elaborado por el Centro de Globalización y Estrategia del IESE (ver enlace[1]).
El informe, que evalúa el desarrollo de 174 ciudades a partir de más de un centenar de parámetros, sitúa a Londres en cabeza, seguida de Nueva York y París. Globalmente, Europa sigue dominando el ranking, con 27 ciudades entre las 50 más inteligentes del mundo. En este selecto grupo se incluyen también 14 ciudades norteamericanas, 5 asiáticas y 4 de Oceanía.
Madrid (25) y Barcelona (26) son las únicas urbes españolas que se incluyen en el top 50. Por detrás, quedan todas las ciudades latinoamericanas. La primera representante es Santiago de Chile (68) –ha avanzado 16 puestos en dos años, sobre todo gracias a sus progresos en cohesión social–, seguida por Buenos Aires (90) y Montevideo (110).
Como gran novedad de esta edición, la página web del estudio incluye un apartado que permite calcular la posición que ocuparía cualquier ciudad en el ranking introduciendo sus datos (ver enlace[2]).
Líderes urbanos
Además de encabezar la clasificación global, Londres también lidera los ámbitos de proyección internacional (un área en la que dominan las ciudades europeas) y capital humano. De hecho, obtiene excelentes resultados en siete de los nueve ámbitos evaluados, con resultados mediocres solo en cohesión social y medioambiente.
Nueva York es la mejor ciudad en economía (nueve de las diez primeras posiciones en esta dimensión son para ciudades estadounidenses), planificación urbana (seis de las diez primeras están ocupadas por ciudades norteamericanas) y movilidad y transporte. Su gran talón de Aquiles sigue siendo la cohesión social, donde se sitúa en los últimos puestos.
La mejor ciudad en este último ámbito es Basilea (21 en el ranking general) gracias a una distribución de ingresos bastante equitativa, una baja tasa de desempleo y una reducida tasa de homicidios y criminalidad. En esta dimensión, siete urbes de las diez primeras son europeas, tres de las cuales suizas. Precisamente otra ciudad suiza, en este caso Berna (31), es también la mejor en gobernanza.
En medioambiente, la ciudad mejor posicionada es Reikiavik (5), seguida por Copenhague (6), entre otras razones porque ambas se encuentran en los primeros puestos del índice de desempeño ambiental y presentan bajos índices de polución.
Hong Kong, que cierra el top ten general tras avanzar 17 posiciones en dos años, es la mejor situada en el apartado de tecnología, seguida de Singapur (9) y San Francisco (20).
Además del gran salto de Hong Kong en la clasificación general, entre las primeras 50 clasificadas destacan los progresos de Vancouver (44), que avanza 18 posiciones gracias sobre todo a su mejora económica, y Lyon (36), que mejora 12 posiciones debido a su mejor desempeño en proyección internacional y capital humano. La mayor subida de todo el ranking la protagoniza Vilna (65), que avanza 24 puestos gracias sobre todo al gran crecimiento de su PIB.
En cuanto a retrocesos, los mayores son los de Bucarest (103), que cae 29 puestos, y Stuttgart (63), que baja 23. Las principales caídas en los 50 primeros puestos son las de Melbourne (37), que retrocede 16, y Gotemburgo (50), que baja 12, en ambos casos lastradas por la proyección internacional y el capital humano.
[1] https://www.iese.edu/es/claustro-investigacion/centros-investigacion/cgs-center-globalization-strategy/
Si desea leer el artículo completo y ver el ranking 2020 de "smart cities":

LOS AUTORES
Pascual Berrone es doctor en Economía de la Empresa y Métodos Cuantitativos por la Universidad Carlos III de Madrid, licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Católica de Córdoba (Argentina). Es profesor ordinario de Dirección Estratégica y titular de la Cátedra Schneider Electric de Sostenibilidad y Estrategia de Negocio en IESE Business School. También es vicepresidente de Iberoamerican Academy of Management.
Joan Enric Ricart es doctor of Philosophy (Economía Directiva) por Northwestern University, doctor ingeniero industrial por Universitat Politècnica de Catalunya, y doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por Universitat Autònoma de Barcelona. Es profesor del Dirección Estratégica y dirige la Cátedra Carl Schroeder en el IESE Business School.
Artículo publicado en www.ieseinsight.com y reproducido previa autorización.
Artículo publicado en www.ieseinsight.com y reproducido previa autorización.