Cuando todo el equipo se une para conseguir el mismo objetivo, es muy difícil no obtenerlo.
En los últimos días el triunfo del ciclista Richard Carapaz y el equipo Movistar en el Giro de Italia 2019 ha llenado las secciones deportivas de los diarios, los portales de noticias en la web, los comentarios en la radio, y también —¿por qué no decirlo? — los corazones de los ecuatorianos. La ciudad de Guayaquil se iluminó de rosa en honor al logro inédito e histórico de nuestro compatriota en una de las vueltas ciclísticas más exigentes del mundo. Pero detrás de toda la efervescencia del momento, podemos aprovechar la ocasión para sacar algunas reflexiones de lo que ocurrió y analizar los factores de éxito de este proyecto.
- TODOS PARA UNO. El aspecto más mencionado por los comentaristas deportivos —y por el propio Carapaz— fue la eficacia del trabajo en equipo. La unión y disciplina del Movistar Team fue fundamental en el éxito. Y al hablar de equipo, no solo me refiero a los ciclistas —los más visibles— sino a todos los involucrados: directivos, entrenadores, médicos, nutricionistas, sicólogos, masajistas, etc. y todos aquellos que estuvieron detrás de bastidores. Y esto es, una vez más, la reflexión principal para aplicar a un proyecto empresarial: cuando todo el equipo se une para conseguir el mismo objetivo es muy difícil no obtenerlo.
- RECONOCER LOS LÍMITES. El líder original del equipo, Mikel Landa, se dio cuenta que estaba perdiendo mucho tiempo en los primeros días y que había otro en mejor estado físico que él. Digno de aplaudir fue reconocer esto y apartar el interés personal por el bien del equipo. Cedió su puesto al que podía llevarlos al triunfo e hizo las labores de gregario de lujo. En un proyecto, esto es muy difícil: se necesita mucha humildad en un líder para reconocer que no es dueño de toda la verdad y que es necesario, en algún momento, sacrificar el objetivo personal —que todos tenemos— por el bien del proyecto y de la empresa.
- RECONOCER LAS FORTALEZAS. Originalmente Carapaz iba como el “segundo a bordo” del equipo, apoyando a Landa como uno más del grupo. Pero cuando ganó una etapa de velocidad —Capapaz es escalador, no velocista— se dio cuenta que podía ir más lejos. En un proyecto, el éxito depende no solo de que el líder descubra las fortalezas de los miembros de su equipo, sino también de que éstos sean conscientes de aquellos aspectos con los que pueden agregar valor al proyecto. Callar aquello en lo que puedo aportar no es humildad: es comodidad.
- PRUDENCIA PARA EL EFECTO SORPRESA. Una de las estrategias que funcionó magníficamente fue el hecho de que, al inicio, nadie pensó en Carapaz como el posible ganador. Los favoritos se cuidaban y atacaban entre ellos sin preocuparse del ciclista que había quedado cuarto en el Giro anterior y que ahora iba apoyando al líder. Sin embargo, al interior del equipo ya vislumbraban quién era el que iba a ganar el Giro 2019. Cuando la vuelta ya había avanzado en un 60% y Carapaz ganaba su primera Maglia Rosa, aún muchos contrincantes siguieron despreocupados de él. Para entonces el equipo Movistar ya había perfeccionado su trabajo en conjunto y tenían claro lo que debían hacer para ganar el Giro. En los proyectos, hay datos y decisiones estratégicos que, por su importancia, deben manejarse con discreción dentro de la empresa para asegurar el “golpe de gracia” al final del proyecto.
- SOLIDARIDAD. En la 20ª etapa del Giro, la penúltima, ocurrió algo sorprendente y que sólo se puede entender en un equipo muy compenetrado: Carapaz, el nuevo líder del grupo y virtual campeón, se convirtió en “escudero” de Landa, el líder anterior, para ayudarlo a llegar al podio. Quienes lo vimos nos emocionamos porque, naturalmente el carchense pudo haber aprovechado la ocasión para ganar más segundos y mitigar cualquier pérdida en la contrarreloj del día siguiente. Sin embargo —y seguramente todo fue decidido en equipo—, él tenía una diferencia suficiente con sus contrincantes más próximos y esto le permitía ayudar a Landa a que suba su posición sin afectar el desempeño del equipo. Y así fue: después de esta etapa, Landa se ubicó tercero en la tabla general, aunque esto no fue suficiente para llegar al podio al día siguiente. El gesto de Carapaz fue impresionante y nos deja una lección de solidaridad para los líderes de proyectos: apoyar sin descalificar a quien no termina de encajar en el plan trazado es la mejor muestra del verdadero liderazgo.
Seguramente hay más reflexiones que se pueden obtener de este Giro histórico para el Ecuador, pero seguro una es la que define siempre el éxito en los deportes y en la vida empresarial: la humildad para reconocer nuestras limitaciones, escuchar los buenos consejos y poner nuestras mejores aptitudes al servicio de la comunidad.

LA AUTORA
Patricia León González es Master en Dirección de Empresas MBA por el IDE Business School y Licenciada en Sistemas de Información por la Escuela Superior Politécnica del Litoral. Su experiencia profesional se ha desarrollado en las áreas de Organización y Métodos, Operaciones Bancarias y Marketing Personal. Es Directora de Desarrollo Institucional del IDE Business School y Editora General de Revista Perspectiva.