Imaginemos que se produce un levantamiento militar o incluso estalla una guerra en una de las rutas marítimas más transitadas del planeta: ¿podría tu empresa hacer frente a los efectos colaterales del conflicto en su cadena de suministro? Es una pregunta que deberían hacerse cada vez más directivos, habida cuenta de que dos de las rutas marítimas más estratégicas están en alerta máxima.

El estrecho de Ormuz –el único paso marítimo que conecta el golfo Pérsico con el océano Índico– y el mar del Sur de China se encuentran en el epicentro de sendas escaladas de tensión.

Por un lado, es posible que Donald Trump revoque el acuerdo que Barack Obama negoció con Irán. Si Teherán intentara bloquear el estrecho por el que pasa el 20% del petróleo del planeta, el suministro energético mundial se vería muy afectado incluso aunque fuera por unas pocas semanas. Podríamos ver disrupciones parecidas en el mar del Sur de China, donde Brunéi, China, Indonesia, Malasia, Filipinas, Taiwán y Vietnam reclaman algunos territorios.

Por otro lado, con Trump retirando a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) –diseñado para salvaguardar el comercio a través del mar del Sur de China– y la escalada de tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos, podría estallar un conflicto regional.

Los directivos deberían seguir muy de cerca la evolución geopolítica. Aunque los problemas se den en lugares lejanos, también nos pueden afectar. Más si cabe cuando muchos fabricantes y distribuidores han adoptado el método lean para la gestión de su inventario, es decir, minimizar los stocks y los costes asociados.

La gestión lean de la cadena de suministro resulta beneficiosa porque ayuda a aumentar la eficiencia y reducir desperdicios, pero deja a las empresas sin apenas margen de error. Si se produce un accidente, un error de cálculo o un conflicto armado, muchas empresas se enfrentarán a la interrupción de sus cadenas de suministro y podrían quedarse con las estanterías vacías o incluso cerrar plantas de producción.

En el IESE enseño cómo prepararse para la incertidumbre geopolítica, un tema sobre el que este año he publicado el libro Strategy and Geopolitics: Understanding Global Complexity in a Turbulent World.

Durante demasiado tiempo, los ejecutivos han acelerado su expansión internacional con modelos demasiado simples para una realidad cada vez más compleja. En un mundo que camina hacia una estructura geopolítica menos estable, puede que no estén preparados para gestionar crisis capaces de arruinar su actividad en un determinado mercado. Cuando se producen conmociones como atentados terroristas o disturbios, a las empresas les suelen pillar desprevenidas. En los últimos meses, y para mi sorpresa, yo mismo me he visto afrontando el tipo de situaciones sobre las que escribo. Y vivir acontecimientos así es aleccionador.

Para evitarlo, es crucial anticipar los cambios y prepararse para ellos. Las empresas que así actúen aumentarán sus probabilidades de sobrevivir a largo plazo. En este artículo explico la deriva corporativa que podría poner en riesgo tus operaciones. A continuación, apunto una serie de medidas prácticas, agrupadas en tres actuaciones clave, que te ayudarán a reducir tu exposición a los riesgos geopolíticos.

¿Por qué esta miopía?

Un estudio encargado por la Organización Mundial de Aduanas apunta los 14 factores de cambio más importantes para las cadenas de suministro transfronterizas. Además de los sospechosos habituales –demanda de consumo, materias primas, regulación aduanera, fiscalidad corporativa–, la lista incluye problemas energéticos, falta de seguridad y desastres naturales.

Con todo, brillan por su ausencia las amenazas que los focos de tensión geopolítica suponen para las cadenas de suministro y el comercio global. Es como si los encuestados creyeran que las relaciones diplomáticas entre las grandes potencias y regiones del mundo son un camino de rosas.

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EL AUTOR

Mike Rosenberg es profesor adjunto de Dirección estratégica en el IESE, donde imparte clases de estrategia, sostenibilidad, globalización y geopolítica en los programas MBA y de educación ejecutiva. Asesora a empresas internacionales en temas relacionados con la planificación de escenarios, la sostenibilidad y la dirección de compañías globales.